14 de julio de 2013

TIEMPO MUERTO.

Algunos ya conocen mi poca estima por cierta publicación sobre el ocio barcelonés que se presenta como la mayor prescriptora de tendencias de la capital sin ningún pudor y teniéndose en muy alta estima. No va a ser este post un intento de usurpar ese "privilegiado" trono desde el que nos miran y desde el que no hace tanto se acusaba de hacer malas fotos a los bloggers y de manchar de alguna forma lo que vendría a ser el "periodismo gastronómico". Prefiero hacer malas fotos a creer que soy una revista de prestigio que no se entera cuando cierran algunos locales que siguen apareciendo en algunas de sus sospechosas listas o que se equivocan en los horarios de los locales que supuestamente promocionan. Blogger pero con alguna idea y preocupaciones que parecen no tener ellos que cobran por su revista.

El post de hoy viene de una circunstancia muy particular. Tiene que ver con hamburguesas y listas de méritos, o no tanto. Hace un par de meses, la revista TO nos brindó una de sus maravillosas listas de "las mejores hamburguesas de Barcelona" en las que sinceramente no se podía entender cómo se había hecho la misma. No es que no apareciesen locales que tal vez podrían haber estado, que también, sino que además había algún local en el que la hamburguesa ni era especialidad ni prácticamente la encontrabas en la carta. "El local X tiene grandes bocadillos (cierto) y además te puedes pedir una hamburguesa que no están mal". Casi literal. ¿Es legítimo obviar locales de prestigio para meter en tu lista locales que no se dedican ni a lo mismo a lo que tú dedicas la lista? Para mi, es un error por no decir un pequeño escándalo. Porque se juega con la comida de la gente. De la gente que trabaja para tener clientes y que no se les reconoce su buen hacer porque no aparecen para el gran público (imagino que mucha gente lee la revista) y quedan apartados de los laudos que se llevan otros de una forma no del todo legítima.

Hasta aquí es un rollo de listas e impresiones subjetivas, si somos condescendientes. Ahora pasamos a la acción. Tras aquello, la revista prescriptora se pone en contacto con una hamburguesería que no había aparecido en la susodicha lista. Y ofrece servicios a cambio de dinero. Un espacio en la revista a cambio de una cantidad X de €. El local siente que algo falla aquí. Entiende que es una especie de extorsión y hasta donde yo entiendo, también. Pero no lo era. 
Acusamos injustamente a la revista, fue un error y personalmente entoné un mea culpa, ya que lo que se ofrecía era un espacio publicitario para un reportaje sobre hamburguesas que salía el 10 de julio del presente año.
Un malentendido porque tras el episodio de la lista anterior estábamos todos deseando encontrar la respuesta al cómo se cocinaban esas listas. 


Pero llega el reportaje del 10 de julio de 2013 y en la revista TO sale el espacio que se podía contratar para la publicidad por parte de los locales de hamburguesas que quisieran participar. Ningún problema, el local que haya querido pagar su espacio, sale. Y en pequeño, arriba, pone bien claro o no tanto, Publireportaje. No es una lista, es un listado. Lo pueden ustedes ojear, el listado es lícito y legítimo, evidentemente.

Y pasamos al último paso del esquema que les presento. Ayer, paseando por esa red sin escrúpulos ni responsabilidad de color azul y blanca, leo el estado de una de las hamburgueserías que sí que salían en el listado de la revista el día 10. Y dice lo siguiente: "Kiosko sale en TO esta semana...Una hamburguesería de la más alta calidad según la revista." Nos paramos en el "según la revista". Bajo el estado, un comentario entusiasta dice "lo dudábais?" Bajo este comentario, está el mío, menos entusiasta. (Y me gusta el local)
A ver, aquí creo que viene lo bueno. Hasta donde yo sé en esta historia, el comentario que salía en el reportaje de las hamburguesas LOS HACÍAN LOS MISMOS LOCALES. Es decir, la revista pedía que se enviasen 3-4 líneas describiendo el local, que sería lo que aparecería bajo las fotos. Perfecto. El local se sorprende (...) de que la revista diga que son hamburguesas de alta calidad y lo presentan orgullosos, cuando fueron ellos los que lo escribieron. Y después llega el efecto buscado e importante: el cliente cree que es verdad, que la revista escribe sobre los locales, porque se oculta deliberadamente desde el restaurante que es un reportaje publicitario pagado. Todo muy bien. Yo digo que soy lo mejor de la ciudad, la revista lo publica, el cliente cree que la revista lo dice. Un triunfo total. Una estafa, una mentira deliberada.

Pero no es ilegal. Es publicidad. Y el cliente se la cree o no. La intención tal vez sea hacer pasar el listado por una lista porque somos muy listos, pero no a todos les va a colar. Cada vez cuela menos y todos nos conocemos. Ya está bien de rollos. Luego hay que aguantar en algunos sitios que "los bloggers se venden muy facilmente y no te puedes fíar de ellos", y se supone que la dignidad está en lo impreso y en un periodismo de facultad que acaba haciendo trilerismo empresarial porque lo decide así el Director o el Consejo de Administración.

Que no me expliquen más cuentos. Todo lo escrito es mío y es mi opinión. Si a ustedes les parece una gilipollez pueden olvidar el post para siempre. Si creen que puede haber algún elemento para la reflexión, reflexionen, pero sobre todo huyan de quienes les van a presentar "lo mejor de lo mejor". ¿En base a qué? ¿Conocen todos los locales de la ciudad, los han probado todo? No se lo crean.

Y para otro día dejamos el debate de si una vez has insertado publicidad en una revista tienes más probabilidades de salir en las listas de "lo mejor" de la misma. No sé, igual...